« Dos días después, Becca y yo [Brooks Brown] preguntamos a Eric y a Dylan si querían saltarse la clase que teníamos a cuarta hora y venir a almorzar con nosotros a McDonald’s. Eric dijo que sí, pero que primero Dylan y él tenían que pasar por casa de Eric. Nos saltábamos muchas clases; después de todo, tan solo quedaba poco más de un mes para la graduación. Éramos alumnos de último curso de instituto a final de año, dejando de lado Columbine y observando todo lo que se extendía frente a nosotros. Estábamos a punto de abandonar ese instituto. Preparados para continuar con nuestras vidas.
Era 19 de abril de 1999.
Nada parecía diferente, hasta la clase de tercera hora. Me senté junto a Becca Heins, quien me preguntó si sabía dónde estaba Eric. Me encogí de hombros. Quizá Dylan y él habían ido al centro de la ciudad o algo, dije. Ambos nos quedamos atónitos al ver que Eric se saltaba el examen que teníamos ese día sobre filosofía china.
Lo mismo pasó cuando llegué a la clase que tenía a cuarta hora. Ni rastro de Eric ni de Dylan. Era extraño que ninguno hubiera mencionado sus planes de faltar a clase. No teníamos ni idea de dónde estaban.
La clase terminó y me dirigí afuera para fumar un cigarillo. Bajé por la acera al borde de Pierce Street, miré hacia el sur y vi un pequeño Honda estacionando en el aparcamiento de Columbine.
Eric.
No vi a Dylan. No tenía ni idea de lo que iba a pasar. No era más que un estudiante de instituto cuya mayor preocupación en ese momento era decidir si saltarse o no la siguiente clase.
Muchas cosas de ese día están borrosas. Pero hay algo que recuerdo con claridad.
Recuerdo a Eric Harris riéndose mientras me decía que me fuera a casa. »
Era 19 de abril de 1999.
Brooks Brown, Eric Harris, Dylan Klebold, Zack Heckler y Robyn Anderson.
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Mañana del martes. 20 de abril. Por una vez no me quedé dormido.
[Mi hermano] Aaron y yo nos subimos a su coche y nos dirigimos al instituto. Ahora que él también tenía el permiso de conducir, nos turnábamos al volante. Aquel día me tocaba jugar a balón prisionero en clase de educación física así que, cuando estacionamos el coche, me dirigí al gimnasio..
Nada parecía diferente, hasta la clase de tercera hora. Me senté junto a Becca Heins, quien me preguntó si sabía dónde estaba Eric. Me encogí de hombros. Quizá Dylan y él habían ido al centro de la ciudad o algo, dije. Ambos nos quedamos atónitos al ver que Eric se saltaba el examen que teníamos ese día sobre filosofía china.
Lo mismo pasó cuando llegué a la clase que tenía a cuarta hora. Ni rastro de Eric ni de Dylan. Era extraño que ninguno hubiera mencionado sus planes de faltar a clase. No teníamos ni idea de dónde estaban.
La clase terminó y me dirigí afuera para fumar un cigarillo. Bajé por la acera al borde de Pierce Street, miré hacia el sur y vi un pequeño Honda estacionando en el aparcamiento de Columbine.
Eric.
No vi a Dylan. No tenía ni idea de lo que iba a pasar. No era más que un estudiante de instituto cuya mayor preocupación en ese momento era decidir si saltarse o no la siguiente clase.
Muchas cosas de ese día están borrosas. Pero hay algo que recuerdo con claridad.
Recuerdo a Eric Harris riéndose mientras me decía que me fuera a casa. »
– Fragmento de: “No Easy Answers” por Brooks Brown y Rob Merritt.
1 comentarios:
Se que es un pedido un poco exagerado, pero seria genial si pudieses subir el libro traducido ya que no esta en castellano en la web, y es muy interesante. Excelente el blog.
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