La antigua biblioteca, el escenario principal de la masacre, estaba situada encima de la cafetería. Durante el año que siguió a la masacre permaneció cerrada mientras se decidía si reabrirla o no. Finalmente se optó por demolerla y construir una nueva en otra zona el instituto.
Las obras se llevaron a cabo a lo largo del verano del 2000 y durante ellas, se eliminó el suelo de la estancia y se convirtió ese espacio en un luminoso atrio en honor a las víctimas.
Las obras se llevaron a cabo a lo largo del verano del 2000 y durante ellas, se eliminó el suelo de la estancia y se convirtió ese espacio en un luminoso atrio en honor a las víctimas.
En el techo se colocó un mural pintado por Virginia Wright-Frierson. El mural muestra un bosque típico de Colorado con álamos temblones y árboles de hoja perenne y está formado por 20 pinturas. Cuatro grandes lienzos centrales junto con otros 16 más pequeños situados en unas estructuras que simulan nubes y que están suspendidas por todo el techo.
El atrio fue diseñado por el arquitecto J. D. Nelson de Davis Partnership y construido por un equipo de Turner Construction. El Centro de Conservación de Arte de la Universidad de Denver se encargó de la instalación del mural.
El día de la inauguración del atrio, Dawn Anna, cuya hija Lauren Townsend murió en la biblioteca, dijo: “Queríamos que cuando los estudiantes llegaran al instituto no lo hicieran cabizbajos, sino que tuvieran que levantar la cabeza y mirar hacia arriba al entrar al atrio. La sala entera consigue elevar tu espíritu.”
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