Nacida el 5 de agosto de 1981.
17 años.
Rachel Scott era una chica enérgica y honesta. No le asustaba defender todo aquello en lo que creía. Interpretó el papel principal en la obra de teatro “The Smoke in the Room” que se llevó a cabo en el instituto. Le gustaba la fotografía y participaba activamente en uno de los grupos de la iglesia de su comunidad. Aspiraba a convertirse en escritora y actriz.
Había dejado de fumar recientemente debido a que Nick Baumgart, quien la llevó al baile de graduación, se lo pidió. De no haber sido así, quizá el día de la masacre hubiera estado en Smoker’s Pit, el lugar donde se reunían los fumadores durante la hora del almuerzo. Junto a uno de los agresores, Dylan Klebold, había trabajado en la realización de un show de talentos en el que ella participó como actriz y él como técnico de sonido.
El 20 de abril, Rachel se reunió con amigo Richard Castaldo junto a la entrada oeste del instituto al comenzar la hora del almuerzo. Justo en ese momento, a pocos metros de su posición, los agresores decidieron comenzar la masacre y abrieron fuego en su dirección. Murió a causa de heridas de bala en la cabeza, pecho, brazos y piernas convirtiéndose en la primera en fallecer durante el suceso.
Su familia no recibió la confirmación de su muerte hasta dos días después, a pesar de que su cuerpo permaneció en el exterior del instituto durante las horas siguientes, junto al camino que usaron los estudiantes evacuados para abandonar el instituto. Su hermano Craig Scott sobrevivió ileso a pesar de que se encontraba escondido en la biblioteca bajo la misma mesa que Isaiah Shoels y Matt Ketcher, quienes murieron durante la masacre.
Esa misma mañana, Rachel había dibujado un par de ojos derramando trece lágrimas - el mismo número de víctimas asesinadas aquel día. Su funeral fue retransmitido por televisión y sus padres la convirtieron en una de las víctimas de Columbine más famosas.
Su inscripción en el Columbine Memorial dice:
Su segundo nombre la describía, ¡era una alegría! Su belleza reflejaba su bondad y su compasión. Un mes antes de su muerte escribió: “Tengo la teoría de que si una persona puede hacer todo lo posible para mostrar compasión, eso hará que empiece una reacción en cadena. La gente nunca sabrá hasta dónde puede llegar un poco de amabilidad”.
Rachel comprendía su destino y su propósito. También tuvo el presentimiento de que su vida sería corta. Escribió: “Solo estoy de paso, no me quedaré por mucho tiempo. Siempre supe que este hogar que tengo no durará”. El día que murió le dijo a un profesor: “Voy a tener un impacto en el mundo”.
En su diario escribió: “No seré catalogada como corriente”.
Su fe en Dios fue expresada en una plegaria que escribió: “Quiero servirte, quiero que me utilices para ayudar a otros”. Sus últimas palabras fueron testimonio de su vida. Cuando le preguntaron si creía en Dios, respondió, “¡Sabes que sí!”
Aclaración: Rachel fue disparada desde la distancia y murió rápidamente, los perpetradores nunca le preguntaron si creía en Dios.