Rachel Joy Scott


Nacida el 5 de agosto de 1981.
17 años.

Rachel Scott era una chica enérgica y honesta. No le asustaba defender todo aquello en lo que creía. Interpretó el papel principal en la obra de teatro “The Smoke in the Room” que se llevó a cabo en el instituto. Le gustaba la fotografía y participaba activamente en uno de los grupos de la iglesia de su comunidad. Aspiraba a convertirse en escritora y actriz.

Había dejado de fumar recientemente debido a que Nick Baumgart, quien la llevó al baile de graduación, se lo pidió. De no haber sido así, quizá el día de la masacre hubiera estado en Smoker’s Pit, el lugar donde se reunían los fumadores durante la hora del almuerzo. Junto a uno de los agresores, Dylan Klebold, había trabajado en la realización de un show de talentos en el que ella participó como actriz y él como técnico de sonido.

El 20 de abril, Rachel se reunió con amigo Richard Castaldo junto a la entrada oeste del instituto al comenzar la hora del almuerzo. Justo en ese momento, a pocos metros de su posición, los agresores decidieron comenzar la masacre y abrieron fuego en su dirección. Murió a causa de heridas de bala en la cabeza, pecho, brazos y piernas convirtiéndose en la primera en fallecer durante el suceso.

Su familia no recibió la confirmación de su muerte hasta dos días después, a pesar de que su cuerpo permaneció en el exterior del instituto durante las horas siguientes, junto al camino que usaron los estudiantes evacuados para abandonar el instituto. Su hermano Craig Scott sobrevivió ileso a pesar de que se encontraba escondido en la biblioteca bajo la misma mesa que Isaiah Shoels y Matt Ketcher, quienes murieron durante la masacre.

Esa misma mañana, Rachel había dibujado un par de ojos derramando trece lágrimas - el mismo número de víctimas asesinadas aquel día. Su funeral fue retransmitido por televisión y sus padres la convirtieron en una de las víctimas de Columbine más famosas.

Su inscripción en el Columbine Memorial dice:


Su segundo nombre la describía, ¡era una alegría! Su belleza reflejaba su bondad y su compasión. Un mes antes de su muerte escribió: “Tengo la teoría de que si una persona puede hacer todo lo posible para mostrar compasión, eso hará que empiece una reacción en cadena. La gente nunca sabrá hasta dónde puede llegar un poco de amabilidad”.

Rachel comprendía su destino y su propósito. También tuvo el presentimiento de que su vida sería corta. Escribió: “Solo estoy de paso, no me quedaré por mucho tiempo. Siempre supe que este hogar que tengo no durará”. El día que murió le dijo a un profesor: “Voy a tener un impacto en el mundo”.

En su diario escribió: “No seré catalogada como corriente”.

Su fe en Dios fue expresada en una plegaria que escribió: “Quiero servirte, quiero que me utilices para ayudar a otros”. Sus últimas palabras fueron testimonio de su vida. Cuando le preguntaron si creía en Dios, respondió, “¡Sabes que sí!”


Aclaración: Rachel fue disparada desde la distancia y murió rápidamente, los perpetradores nunca le preguntaron si creía en Dios.

Cassie Rene Bernall


Nacida el 6 de noviembre de 1981.
17 años.

A pesar de que cuando la tragedia tuvo lugar, Cassie se encontraba totalmente volcada al cristianismo, lo cierto es que su adolescencia fue problemática. Su madre encontró una serie de cartas que se escribía con sus amigos en las que hablaba sobre sexo, drogas, auto-mutilación, brujería y satanismo. También comentaban la idea de matar a uno de sus profesores y apuñalar a sus padres, llegando a escribir que odiaba profundamente a sus padres y a Dios.

Esto llevó a que la internaran en un colegio privado cristiano y le prohibieran comunicarse con sus antiguos amigos llevando a cabo un estricto control sobre sus horarios y sobre el uso de su teléfono. Pero algo la hizo cambiar completamente tras esto, y finalmente sus padres le permitieron dejar el colegio privado y trasladarse al instituto Columbine al terminar el verano de 1997.

El 20 de abril, Cassie se escondió bajo una de las mesas cercanas a los ordenadores de la biblioteca junto con Emily Wyant. Tras disparar y matar a Steven Curnow y dejar herida a Kacey Ruegsegger, Eric Harris llegó hasta su mesa. Dio dos golpes sobre ella, dijo “¡Cu-cu!” y se agachó para mirar a las dos chicas. Apuntó a Cassie con su escopeta recortada y le disparó en un lado de la cabeza, matándola al instante. 

Durante varios meses tras la masacre, los medios difundieron la historia de que Cassie fue la chica a la que los agresores preguntaron si creía en Dios, y que fue disparada tras contestar afirmativamente. Sin embargo, la pregunta se la hicieron a Valeen Schnurr, quien también resultó herida en la biblioteca pero sobrevivió.

Cassie fue enterrada en Golden Cemetery en Golden, Colorado.

Su inscripción en el Columbine Memorial dice:


Nuestra Cassie tenía una risa encantadora, precioso pelo largo rubio, cristalinos ojos azules y una gran cálida sonrisa que compartía generosamente. Sus pasiones eran la música, hacer snowboard con su hermano Chris, la fotografía, viajar y su agrupación juvenil. Buscaba llegar a ser obstetra, ya que soñaba con traer nueva vida a este mundo.

Cassie verdaderamente anhelaba saber cómo sería el cielo y se esforzaba por conocer al Señor, con quien se encontraría allí. El deseo de su corazón era “sólo vivir por Cristo”. Semanas antes de su muerte expresó su ansiedad por ver el cielo, manifestando que “casi no podía esperar a llegar allí”. Cuando le preguntamos cómo podríamos vivir sin ella, Cassie simplemente respondió: “¿No estaríais felices por mí? ¡Sabríais que estoy en un lugar mejor!”

Cassie perdió su vida por su fe en Dios. Aunque sus sueños de abrir paso a nuevas vidas terminaron trágicamente, su defensa final continúa motivando a muchos a buscar nueva vida a través de Cristo. La echamos de menos inmensamente, pero sabemos que está en un lugar mejor. Filipenses 3:10-11.

Kyle Albert Velasquez


Nacido el 5 de mayo de 1982.
16 años.

Sus vecinos y familiares dicen que Kyle disfrutaba con las tareas domésticas y las actividades en familia. Lo describen como un “gigante amable”, porque aunque cuando murió medía 1,80 y pesaba 100kg, todos los que lo conocían sabían que tenía el corazón de un niño. Cariñoso y sincero, siempre estaba ayudando a sus padres en casa. Su sueño era convertirse en un miembro de la Marina o en bombero.

Cuando aún era un bebé, sufrió un derrame cerebral que lo dejó discapacitado mentalmente y le provocó asma grave. Como un chico con “necesidades especiales”, Kyle a menudo fue ignorado, evitado y objeto de burlas mientras crecía. Sus padres se habían preparado para pasar el resto de sus vidas con él, y los acompañaba siempre a donde fueran.

Kyle llevaba asistiendo a Columbine tan solo tres meses cuando la masacre tuvo lugar. El 20 de abril se encontraba en la biblioteca, sentado en una de las meses de ordenadores cuando los agresores llegaron. Quizá demasiado confuso y asustado por el caos y el ruido, no fue capaz de esconderse y permaneció allí.

Dylan Klebold lo disparó en la cabeza, haciendo que Kyle fuera la primera persona en morir en la biblioteca. Fue enterrado en Fort Logan National Cemetery durante una ceremonia militar, puesto que su padre era un veterano de la Marina.

Su inscripción en el Columbine Memorial dice:


Un joven que desde pequeño tuvo que hacer frente a retrasos en su desarrollo y dificultades de aprendizaje. Conocía sus limitaciones pero quería ser como cualquier otro niño. Estaba empezando a gustarse a sí mismo. Kyle enseñó mucho sobre el amor incondicional, la compasión, el perdón, la perseverancia y la aceptación a aquellos que lo querían. Fue un buen amigo para aquellos que eligieron tomarse el tiempo para conocerlo.

Quería a su hermano Daniel y a los gatos de la familia y le encantaba el helado, la pizza y montar en su bicicleta. Pasaba el tiempo en casa con su familia, viendo deportes con su padre y yendo a la biblioteca con su madre.

Kyle tan solo llevaba tres meses estudiando en Columbine y estaba empezando a alzar el vuelo. El mundo a su alrededor estaba comenzando a abrirse para un joven que no lo había tenido fácil ni en el colegio ni en la vida. Pero, a pesar de todas las dificultades, siempre sonrió, perdonó y vio lo BUENO en quienes lo rodeaban.

Kyle fue y es muy querido. Siempre lo echaremos de menos y nunca lo olvidaremos.

Daniel Lee Rohrbough


Nacido el 2 de marzo de 1984.
15 años.

Daniel Rohrbough disfrutaba de la electrónica, los juegos de ordenador y tenía muchas ganas de poder conseguir su permiso de conducir. Todos los días al acabar el instituto, ayudaba a su padre en su negocio de equipos de audio. Durante el verano trabajaba en la granja de su abuelo cosechando trigo. El dinero que ganaba lo empleaba comprando regalos para su familia en Navidad.

El 20 de abril, Daniel acababa de salir de la cafetería y estaba subiendo por la escaleras que conducían a la entrada oeste del instituto junto con sus amigos Lance Kirklin y Sean Graves cuando los agresores abrieron fuego desde lo alto de las mismas. Antes de que pudiera reaccionar, Daniel recibió disparos en el abdomen, en el pecho y en la pierna izquierda. Lance intentó sujetarlo pero fue disparado también. Murió al pie de las escaleras, donde permaneció durante las 25 horas siguientes antes de que se permitiera a los paramédicos trasladarlo. 

Su familia no fue informada por la policía, y descubrieron que su hijo había muerto durante la mañana siguiente a la masacre, cuando se confirmó en todos los medios de comunicación que el cuerpo tendido en el exterior del instituto era Daniel.

Hubo controversia alrededor de su muerte cuando el ayudante del sheriff del condado de Arapahoe, James Taylor, que había sido amigo de los Rohrbough, dijo a la familia que el chico podía haber muerto a causa de los disparos del equipo SWAT de Denver. La investigación que se llevó a cabo reveló que Daniel murió a causa de los disparos de Eric Harris y que ningún agente había llegado aún al lugar cuando estos tuvieron lugar. La familia demandó a Taylor, quien fue suspendido de su cargo.

Su funeral tuvo lugar en Grace Presbyterian Church y fue enterrado en el Littleton Cemetery.

Su inscripción en el Columbine Memorial dice:


¿Qué se perderá el mundo?

Un precioso regalo de Dios con una sonrisa cautivadora y hermosos ojos azules que iluminaban cualquier lugar, sensible y cariñoso, que siempre se apresuraba a darte un abrazo reconfortante. Un chico divertido con una risa contagiosa y de respuesta rápida, lleno de preguntas y que quería saber cómo funcionaban las cosas. La familia era importante para ti y siempre estuvo incluida en tu vida. Sólo estabas comenzando tu viaje y, aunque te quedaba tanto por aprender, nos enseñaste mucho. Te echamos de menos…

“Papá, tengo una pregunta. ¿Por qué?”

Hijo mío, en una nación que legalizó el asesinato de niños inocentes en el vientre; en un país donde las autoridades mienten y encubren lo que sabían y lo que hicieron; en un sistema escolar ateo, te quitaron la vida… Dan, lo siento.
“Te quiero papá, te veré mañana” 19:00, 19 de abril, 1999.
“No hay paz”, dice el Señor, “para los malvados”. Isaías 48:22

Kelly Ann Fleming


Nacida el 6 de enero de 1983.
16 años.

Kelly Fleming y su familia se mudaron a Littleton desde Phoenix, Arizona, 18 meses antes del tiroteo. Su padre Don dijo que examinaron toda la zona buscando un buen vecindario donde sus hijas estuvieran a salvo. Kelly era una chica tímida y creativa a la que le encantaba Halloween. Tenía aspiraciones de convertirse en compositora y escritora, escribió muchos poemas e historias breves basándose en sus propias experiencias.

Estaba aprendiendo a conducir y quería conseguir un empleo en alguna guardería para empezar a ahorrar y así poder comprarse un Mustang o un Corvette. Anhelaba poder conducir para así volver a Phoenix de visita o hacer viajes por carretera. Le encantaba leer, especialmente libros sobre vampiros. Esperaba poder publicar algo en el futuro y participó en varios concursos de escritura.

El 20 de abril se encontraba sentada sola en la biblioteca. Cuando los agresores entraron, se escondió al lado de la mesa en la que se encontraban Lisa Kreutz, Jeanna Park, Diwata Perez, Valeen Schnurr y Lauren Townsend. Dylan Klebold disparó bajo la mesa hiriendo a Schnurr y Kreutz y matando a Townsend. Los asaltantes se alejaron de la mesa y se dirigieron a la zona sur donde hirieron a Nicole Nowlen y mataron a John Tomlin, para luego regresar.

Eric Harris llegó por detrás y disparó a Kelly en la espalda con su escopeta recortada. El cuerpo de Kelly fue hallado en el suelo, cerca del de Lauren Townsend. El funeral de Kelly se celebró de manera conjunta con el de Daniel Mauser en la Iglesia Católica St. Frances Cabrini. Fue enterrada en el Mount Olivet Cemetery de Wheat Ridge, Colorado.

Su inscripción en el Columbine Memorial dice:


Escritora y poeta, un alma cándida que caminó entre nosotros.


¿PUEDE SER?

Salgo a caminar, ¿qué escuché?
Escuché los susurros,
Y los gritos del miedo de la gente.
La soledad de la sabiduría,
¿Puede ser?
La triste, triste melancolía que veo,
Que está más allá en los árboles,
¿Es de verdad? ¿Puede ser real?
¿Puedo dejarles saber cómo me siento realmente?
Las cosas que he visto,
Las cosas que he sentido,
Los sentimientos de tristeza
Que espero que pronto se desvanezcan.
Dondequiera que mire,
Dondequiera que gire,
Veo sombras toda la noche.
Bajé la cabeza y dije una oración,
Para hablarle al Señor de la triste, triste melancolía
Y de los gritos desolados que había oído.
Tras un minuto de silencio, de sensatez,
Levanté la vista lentamente,
Vi algo que nunca había visto.
Vi una luz y me pregunté, ¿puede ser?
¿Fue real o fue un sueño?
No lo sabía pero con suerte
Vendrá a mí.
Era brillante y tuve miedo.
No sabía qué o si debería ver.
Mire y entonces vino a mí.
Era un sueño.
Cuando me estaba volviendo para alejarme, 
Oí una voz.

Escrito por Kelly en 1998. Su primer borrador; el borrador final se público en ‘Chicken Soup for the Teenage Soul III

John Robert Tomlin


Nacido el 1 de septiembre de 1982.
16 años.

John Tomlin era originario de Wisconsin, después de las clases trabajaba en un vivero transportando árboles y pertenecía a un grupo juvenil eclesiástico, donde había conocido a su novia Michelle Oetter, con quien llevaba saliendo siete meses. Le encantaban las camionetas Chevrolet, recientemente había obtenido su permiso de conducir y se había comprado una vieja camioneta Chevrolet para la que llevaba ahorrando desde que tenía 14 años. También había viajado a México con su familia para ayudar a construir casas para familias pobres.

John siempre pasaba la hora del almuerzo en la biblioteca, estudiando. Allí se encontraba el 20 de abril cuando el tiroteo comenzó. Nicole Nowlen se encontraba escondida bajo la mesa contigua, muy asustada porque su posición era muy visible desde la entrada de la biblioteca, así que John dejó que se escondiera junto a él. Cuando los disparos comenzaron, el miedo de Nicole aumentó y John la tomó de las manos para intentar tranquilizarla.

Finalmente, los agresores llegaron hasta la mesa bajo la que se ocultaban. Sin agacharse para ver quién se estaba escondiendo allí, Eric Harris abrió fuego sobre John y Nicole, hiriéndolos a ambos. Luego Dylan Klebold caminó alrededor de la mesa y disparó a John directamente en la cabeza, matándolo casi al instante.

Tras la masacre, la camioneta de John, que se encontraba en el parking del instituto, se convirtió en un memorial cubierto de flores y recuerdos. El suyo fue el primer funeral de las víctimas de la matanza de Columbine en llevarse a cabo y tuvo lugar en Foothills Bible Church, la iglesia a la que acudía. Fue enterrado en el cementerio de Saint Peters, en Waterford, Wisconsin, su ciudad natal.

Su inscripción en el Columbine Memorial dice:


Nacido el 1 de septiembre, John Tomlin era un joven con una amplia sonrisa y ojos brillantes. De pequeño le encantaban los coches, el béisbol, la familia y Dios. En la adolescencia añadió las camionetas Chevy y a los Green Bay Packers a esa lista, así como su amor por Jesús que hizo que desarrollada una serie de fuertes valores cristianos.

John tenía una tendencia amable con la que soñaban padres y novias; del tipo que no requería de disciplina con mano dura y que le hacia ser un caballero chapado a la antigua durante sus citas. Pero su propensión alegre no pudo evitar que entrara donde muchos adolescentes entran, en un oscuro túnel de soledad en el que Dios parecía muy lejano.

John no estuvo mucho en ese túnel. Siete meses antes de su muerte reconectó con Dios y redescubrió la dicha de su fe. Esa fe le dio a John valor y fuerza para enfrentar el mal durante los últimos momentos de su vida en la biblioteca del Instituto Columbine. Ahora desde el cielo, John entiende por completo las palabras que se escribieron hace tiempo: “Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo”. 1 Juan 4:4

Corey Tyler DePooter


Nacido el 3 de marzo de 1982.
17 años.

Corey DePooter era un ex luchador al que le encantaba hacer senderismo, el golf, la caza y la pesca. Le gustaban la lucha libre, el golf y el patinaje en línea, pero la pesca era su pasión. Hacía poco que había aceptado un trabajo como empleado de mantenimiento en un club de golf para ahorrar con el fin de comprar un bote de pesca con un amigo. “Cuando ibas de pesca o de camping, sabías que Corey iba a estar allí asegurándose de que todo salía bien”.

Es descrito como el típico chico americano que ponía sus estudios por encima de todo. Ese mismo año le habían quitado las muelas del juicio, y le molestó el no poder ir al instituto a causa de ello. El 20 de abril se escondió bajo una de las mesas cercanas a las ventanas del lado sur de la biblioteca junto con su mejor amigo Stephen “Austin” Eubanks, Jennifer Doyle y Peter Ball cuando los agresores entraron en la sala. Su amigo Austin fue testigo de cómo Dylan Klebold apuntó a Corey con su TEC-9 y apretó el gatillo, matándolo casi al instante, aunque los tres testigos recuerdan haberlo oído gemir tras recibir los disparos.

Corey había intentado reconfortar a Eubanks y a Doyle diciéndoles que todo iba a salir bien, antes de que los agresores llegaran a la mesa bajo la que se ocultaban. “Era el tipo de persona que te gusta tener a tu alrededor. Corey siempre conseguía levantarnos el ánimo incluso en las situaciones más pesimistas” dijo Austin.

Corey murió en la biblioteca a causa de múltiples heridas de bala en el cuello, pecho y brazo izquierdo. Su funeral tuvo lugar en el Trinity Christian Center. Poco después de su muerte, su abuela, Fern Hamilton, contactó con la Marina solicitando algún tipo de ceremonia en honor a Corey puesto que siempre había querido llega a ser un marino. El 3 de mayo del 2000 se llevó a cabo una ceremonia junto a su tumba en la que se lo nombró miembro honorífico de la Marina.

Su inscripción en el Columbine Memorial dice:


Corey era un joven que estaba lleno de vida. Era una persona con la que querías pasar el tiempo. Le encantaba hablar y podía mantener largas conversaciones sobre los temas que le apasionaban. Con su sentido del humor Corey podía hacer que todos los presentes en la sala se rieran.

Corey era un amante de la naturaleza. Cada hora libre que tenía la pasaba pescando. Le encantaban las montañas, ir de acampada con su familia, cazar, jugar al golf y pescar con mosca en Yellowstone.

Corey acababa de cumplir diecisiete años y estaba entusiasmado con su futuro. Trabajaba en un campo de golf para ahorrar para su primer coche. Su objetivo era llegar a ser oficial del Cuerpo de Marines. Corey tenía muchas ganas de convertirse en marido y padre para compartir su fe con sus hijos.

Corey apreciaba a su familia, sus amigos y su vida.

Rampart Range

Hecho público el 21 de octubre de 2003, este vídeo muestra las prácticas de tiro que llevaron a cabo Eric y Dylan junto con algunos amigos. La grabación tuvo lugar el 6 de marzo de 1999, menos de dos meses antes de la masacre.


Eric y Dylan, junto con Phil Duran, Mark Manes y su novia Jessica Miklich fueron hasta una de las laderas de Rampart Range, donde había una zona de bosque que servía como campo de tiro improvisado y que era muy popular pero que no contaba con ningún tipo de supervisión.

Este área se encontraba en el Bosque Nacional de Pike, en el condado de Douglas, a unos 20 minutos al sudoeste de Littleton. En el vídeo podemos ver cómo los cinco disparan con diferentes armas utilizando el tronco de los árboles y algunos bolos como objetivos.

Entre las armas utilizadas en el vídeo se encuentran la pistola semiautomática TEC-9 de 9mm y la escopeta recortada de doble cañon Stevens calibre 12, armas que usaría Dylan el día de la masacre, así como la escopeta recortada Savage-Springfield calibre 12 que utilizaría Eric. La carabina semiautomática Hi-Point de 9mm no es mostrada en las imágenes.

Junto a estas armas también se pueden ver el rifle Ruger Mini-30 y la pistola Ruger calibre 35 pertenecientes a Mark.

 

Marca Columbine: Sacando provecho de la tragedia

Desde que Columbine se convirtió en una de las tragedias más mediáticas que jamás hayan tenido lugar, estaba claro que muchas personas verían claramente en la marca Columbine un filón que aprovechar y del que sacar dinero.

Varias películas han usado la descripción “basada en el tiroteo de Columbine” como gancho publicitario. Como ejemplo, “Bowling for Columbine” se convirtió en uno de los documentales no relacionados con el mundo de la música que más dinero ha recaudado a nivel mundial.


Por otro lado tenemos los libros que se han publicado sobre el tema, todos ellos utilizando la palabra “Columbine” en algún lugar del título. Aunque algunos son realmente interesantes y están escritos por periodistas que informaron del suceso desde el primer minuto ("Columbine: A True Crime Story" de Jeff Kass) o por estudiantes que conocían a Eric y Dylan ("No Easy Answers" de Brooks Brown), muchos otros han demostrado no tener ningún tipo de interés desde que se limitan a no contar nada relevante respecto de la tragedia o tratarse en realidad de propaganda cristiana a pesar de estar escritos por “supervivientes de la tragedia”. 

El problema llega cuando estos “supervivientes” no fueron testigos de nada importante ya que se encontraban en el otro extremo del instituto cuando todo comenzó. Estaban en Columbine aquel 20 de abril de 1999, sí, pero fueron evacuados en los primeros minutos y lo único que presenciaron fue cómo se desarrollaba todo desde el exterior, casi del mismo modo que lo pudo ver cualquiera que encendiera la televisión durante ese día. ¿Os imagináis que cada uno de los 1700 estudiantes del instituto hubiera decidido publicar un libro sobre los sucesos? Una locura.


Pero ahora nos vamos a centrar en las familias de dos de las víctimas, los Scott y los Bernall, quienes decidieron sacar dinero dinero de la muerte de sus hijas a partir de una de las mentiras relacionadas con la matanza que más difusión tuvo. Supuestamente a ambas chicas les preguntaron si creían en Dios, al contestar que sí y a causa de ello, fueron disparadas. A pesar de que más tarde quedó demostrado que estos hechos nunca tuvieron lugar, algunos familiares no han tenido ningún problema en seguir propagando la historia.


Cassie (no) dijo sí

La familia Bernall escuchó la historia horas después de que hubiera tenido lugar el tiroteo. Uno de los agresores había preguntado a Cassie si creía en Dios y le habían disparado cuando contestó que sí. Scott Craig (hermano de Rachel Scott) y Joshua Lapp, quienes se encontraban en la biblioteca durante la masacre, confirmaron que habían oído a una chica que creían que era Cassie contestar afirmativamente a la pregunta.

Los Bernall no necesitaron más testimonios y cuatro meses más tarde ya habían publicado un libro narrando la vida de su hija con el título “Ella dijo sí”, en el que también contaban cómo murió defendiendo su fe.

Emily Wyant, la chica que estaba escondida bajo la misma mesa de la biblioteca que Cassie, fue una de las testigos visuales de su muerte. Cuando los rumores de la supuesta conversación entre Cassie y los agresores se comenzaron a hacer más fuertes, Emily declaró a la prensa que tal conversación nunca había tenido lugar. Sin embargo, su historia no fue publicada hasta el 23 de septiembre de 1999, cuando mucha gente ya había asumido que la historia de Cassie era un hecho real.

A pesar de todas las pruebas y testimonios que desmintieron que Cassie dijera una palabra antes de morir, su madre siguió aceptando la historia declarando: “Cassie dijo sí a Dios cada día de su vida.” Aun así, la editorial decidió poner el siguiente aviso en el libro: “La cronología exacta de los sucesos que tuvieron lugar en el instituto Columbine, incluyendo los detalles de la muerte de Cassie nunca se conocerán.


El (inexistente) desafío de Rachel 

Pero si ha habido una familia que no ha tenido reparos a la hora de mediatizar la muerte de su hija, han sido los Scott. La misma historia de Cassie también se acreditó a Rachel Scott durante los primeros informes, aunque también fue desmentida por los testigos. A pesar de ello, su familia decidió tratar de convertirla en una mártir cristiana.

Hicieron del funeral de Rachel todo un espectáculo, no solo acudieron más de 2000 personas, sino que también fue emitido en directo por la CNN en todo el país. Millones de personas pudieron ver cómo sus amigos escribían mensajes sobre su ataúd blanco. Se convirtió en el evento más visto en la TV en ese momento, superando incluso al funeral de Lady Di.

Durante los 3 años siguientes a la masacre, publicaron un total de cuatro libros y varios DVD en los que básicamente cuentan su opinión sobre la religión y Dios (la sociedad es mala por la falta de religión, si la religión estuviera en los colegios públicos el tiroteo habría sido evitado) junto con algunos extractos de los diarios de Rachel y sus ensayos para el instituto. También puedes encontrar todo tipo de merchandising como ropa o accesorios.

Las aventuras y pensamientos de (los padres de) Rachel.

También crearon la organización para la prevención del acoso escolar “Rachel’s Challenge (El desafío de Rachel)”, en referencia al supuesto reto al que se enfrentó cuando le preguntaron si creía en Dios y tuvo que escoger entre seguir viva o defender su fe. En su propia página web podemos leer que se declaran una organización sin ánimo de lucro, no política y no religiosa. Pero, ¿qué hay de cierto en esa afirmación?

Parece que la definición de “no política” sí que podría ser correcta, aunque varios asistentes han dicho que a través de la presentación se da a entender claramente el apoyo de la familia Scott a que se incluye la religión en los colegios públicos. 

La afirmación de “no religiosa” se puede dar por falsa desde el momento en que conocemos la total implicación de la familia Scott con la causa cristiana. Durante los primeros años, en las presentaciones se hacía una importante alusión a la fe de Rachel, aunque eso parece haber cambiado según han comentado los asistentes a las últimas sesiones. Actualmente no se hace ningún comentario relacionado con la religión, a menos de forma directa, puesto que una vez terminan las charlas se sugiere a los estudiantes que visiten las diferentes páginas webs asociadas con la causa, en las que se explica detalladamente lo buena cristiana que era Rachel.


Respecto a “organización no lucrativa” entendemos aquellas organizaciones a partir de las cuales no se obtiene beneficio económico. Pero algo no parece encajar aquí, y lo vamos a explicar con unos datos. La web de Rachel’s Challenge no menciona en ningún momento el coste de sus servicios, pero algunos de los colegios a los que han acudido han informado que se ha pagado entre $4,000 y $6,000 dólares por llevar a cabo este taller de dos días de duración.

Ahora hagamos una serie de cálculos rápidos. En su página web dicen que acuden a unos 1000 colegios al año, y que en 2008 llevaron a cabo 1300 eventos. A unos aproximados $5,000 dólares por evento, Rachel’s Challenge consigue al año más de $5 millones de dólares. La web indica que el 85% del dinero se emplea en “el desarrollo del programa y en la entrega del mismo”. Teniendo en cuenta que se trata de un programa ya preparado (un ponente da un discurso acompañado del visionado de varios vídeos) que ha existido desde hace casi una década, suponemos que la mayor parte de los gastos se destinan más a la “entrega del programa” (es decir, al ponente que presenta el programa) que al “desarrollo” del mismo. Los ponentes o conductores del programa figuran en la página web. Si los gastos de “entrega” se dividen de forma equitativa entre los 41 ponentes, siempre y cuando los miembros de la familia Scott no se lleven un porcentaje mayor, tenemos como resultado que cada ponente recibe $100,000 dólares al año. Aunque a esta cantidad le restemos los gastos de desplazamiento a lo largo del país para acudir a los diferentes colegios, sigue siendo un gran beneficio el que se obtiene a partir de esta supuesta organización no lucrativa. 

Colección primavera/verano Rachel Scott.

¿Pero es realmente efectivo este programa en lo que respecta a solucionar el problema del acoso escolar? En la web no muestran ninguna prueba de ello, limitándose a decir que aún están trabajando en un estudio que demuestre su eficacia. Los alumnos de las escuelas a las que han acudido dicen que el efecto positivo que tuvo esta presentación no duró más de dos semanas, y que tras eso todo continuó igual, sin ningún cambio.

A esto hay que añadirle el contenido del mismo programa, cuanto menos inquietante en algunas ocasiones. Durante el mismo no solo se narran historias exageradas sobre lo maravillosa que era Rachel, sino que se hace referencia a una serie de “místicas profecías” que supuestamente tuvo. Tales como decir en varias ocasiones que sabía que iba a morir joven, que su historia llegaría al corazón de millones de personas o un dibujo que realizó la mañana del tiroteo prediciendo las 13 muertes (unos ojos de los que brotan 13 lágrimas). ¿Cuál es la relación de todo esto con el acoso escolar? No lo sabemos.


También se llevan a cabo comparaciones entre su vida y la de Ana Frank, incluyendo fragmentos de los diarios de ambas chicas. Porque se ve que para los Scott hay mucha similitud entre la vida y el diario de su hija, una chica que nació y creció en un barrio residencial de clase media-alta en el centro de los Estados Unidos sin tener que hacer frente a ninguna clase de discriminación que fue asesinada de forma inesperada, y la vida y diario de Ana Frank, la niña judía que durante la Segunda Guerra Mundial tuvo que ocultarse de los nazis junto con su familia en una casa-escondite para poder seguir viva, antes de ser descubierta y enviada a morir a un campo de concentración.


Recordando con mentiras

Una de las acepciones de la palabra “mártir” es “persona que padece muerte por amor de Jesucristo y en defensa de la religión cristiana.” Pero desde que se ha comprobado que tanto Cassie como Rachel ni siquiera tuvieron la oportunidad de decir una palabra antes de recibir los disparos que acabaron con su vida, ellas no entran dentro de esta descripción, por muy cristianas que fueran. Tan solo estaban en el lugar incorrecto en el momento equivocado.

No podemos creer una historia si los datos son erróneos, y aunque lo que supuestamente Cassie y Rachel dijeron se convirtió en un símbolo, ese símbolo está basado en una mentira.

Ambas familias han decidido no aceptar la versión oficial y continuar propagando historias inciertas para recordar a sus hijas. Pero, ¿qué opinarían ellas de que el legado que han logrado está basado en una mentira?

Biblioteca Conmemorativa HOPE Columbine

HOPE, Healing of People Everywhere, fue una organización sin ánimo de lucro formada por las familias de los estudiantes y profesores que fueron asesinados o heridos durante la masacre del instituto Columbine el 20 de abril de 1999. El propósito de HOPE era proporcionar un foro para las víctimas, sus familias y la gente que quisiera ayudar a la comunidad en su proceso de curación tras el trágico suceso.


El objetivo de HOPE era conseguir la financiación necesaria para clausurar definitivamente la antigua biblioteca del instituto, eliminando el suelo de la sala en la que se encontraba por aquel entonces y donde tuvieron lugar la mayor parte de las muertes, y convertir ese espacio en un luminoso atrio con vistas a las Montañas Rocosas a la vez que construir una nueva biblioteca para los estudiantes y el personal en otra ubicación diferente.

Tras la tragedia, la biblioteca fue cerrada mientras se decidía qué hacer con el lugar de la masacre. Una fila de taquillas se situó ocultando la pared en la que se encontraba la entrada y las ventanas interiores de la biblioteca. Se retiró todo el mobiliario y se colocaron 10 rosas marcando los lugares en que los estudiantes habían sido asesinados. Todos los libros fueron destruidos o donados a otras bibliotecas de la zona para evitar que fueran utilizados como souvenirs de la matanza.

La nueva biblioteca durante su construcción y finalizada.

El 2 de mayo del 2000, HOPE consiguió alcanzar su meta. Gracias a todas las donaciones que llegaron desde todos los lugares del país, la organización logró recaudar más de $3.1 millones de dólares en un periodo de seis meses. Esto permitió la construcción del atrio durante ese mismo verano, que estuvo terminado en agosto del 2000, justo antes de que comenzara el nuevo curso escolar. Más información sobre el atrio.

El 9 de junio de 2001, la Biblioteca Conmemorativa HOPE Columbine abrió sus puertas, situada en un nuevo edificio que se construyó junto a la entrada oeste del instituto.

El nuevo edificio que alberga la biblioteca en la actualidad.


Imágenes del interior de la nueva biblioteca (pincha para aumentar):






El atrio

La antigua biblioteca, el escenario principal de la masacre, estaba situada encima de la cafetería. Durante el año que siguió a la masacre permaneció cerrada mientras se decidía si reabrirla o no. Finalmente se optó por demolerla y construir una nueva en otra zona el instituto. 

Las obras se llevaron a cabo a lo largo del verano del 2000 y durante ellas, se eliminó el suelo de la estancia y se convirtió ese espacio en un luminoso atrio en honor a las víctimas.


En el techo se colocó un mural pintado por Virginia Wright-Frierson. El mural muestra un bosque típico de Colorado con álamos temblones y árboles de hoja perenne y está formado por 20 pinturas. Cuatro grandes lienzos centrales junto con otros 16 más pequeños situados en unas estructuras que simulan nubes y que están suspendidas por todo el techo.


El atrio fue diseñado por el arquitecto J. D. Nelson de Davis Partnership y construido por un equipo de Turner Construction. El Centro de Conservación de Arte de la Universidad de Denver se encargó de la instalación del mural.

El día de la inauguración del atrio, Dawn Anna, cuya hija Lauren Townsend murió en la biblioteca, dijo: “Queríamos que cuando los estudiantes llegaran al instituto no lo hicieran cabizbajos, sino que tuvieran que levantar la cabeza y mirar hacia arriba al entrar al atrio. La sala entera consigue elevar tu espíritu.

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